Obesidad y Bajo peso

Más allá de la satisfación de nuestro cuerpo a nivel estético, es importante prestarle atención a los efectos nocivos del peso en exceso. Hay personas con cuerpos mas robustos no normativos satisfechas con sus curvas que gozan de una excelente salud, y otras que por el contrario acusan las efectos del peso de más con una peor salud y calidad de vida. 
Un desequilibrio de energía hace que el cuerpo almacene más grasa de la que se puede usar ahora o en el futuro. Pero el riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad está determinado por algo más que la cantidad de alimentos que comemos. También incluye los tipos y la cantidad de alimentos y bebidas que consumimos cada día, el nivel de actividad física (por ejemplo, si se realiza un trabajo de oficina sentado frente a un escritorio o si se pasa todo el día de pie) y la cantidad de horas de sueño de buena calidad por noche.
La obesidad y el sobrepeso, pueden dificultarnos el desarrollo de nuestra vida diaria y complicar nuestra salud con múltiples patologías derivadas de  complicaciones añadidas como es el ejemplo de la diabetes, la hipertensión arterial, las cardiopatías o los problemas articulares. 
No menos importante es el plano mental, donde también se notan los efectos en la autoestima, la seguridad y multitud de complejos que pueden conllevar al individuo a momentos de depresión y ansiedad.
Las personas con bajo peso se sienten a menudo frustradas, ya sea por el intento constante de subir de peso sin éxito o por la valoración que ejerce el entorno con numerosas opiniones negativas sobre ellos. 
Hay complexiones determinadas genéticamente que son especialmente complejas a la hora de ser modificadas. Factores como problemas metabólicos, hereditarios, el entorno social o estilos de alimentación son los principales causantes de esta situación.
El infrapeso normalmente infunde problemas con la propia percepción del sujeto generando especial preocupación acusando una peor condición física, problemas inmunitarios, de fertilidad y en casos extremos desnutrición.
A nivel mental se suele experimentar una baja autoestima, periodos depresivos e inseguridad en actos públicos por el temor a la valoración social.
Es fundamental abarcar el problema tanto a nivel nutricional como mental, con las indicaciones adecuadas en las pautas de alimentación y la autoaceptación personal la situación es perfectamente reversible. 
Lo más importante es contar con los recursos nutritivos idóneos para gozar de una salud fuerte que mejore nuestra calidad de vida. 
La buena noticia, es que ambas situaciones tienen solución a través de un plan adecuado alimentario guiado por la psiconutrición asegurándonos así el establecer unos hábitos beneficiosos con los que sentirte sano y vital. 
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